Es
lamentable que en la actualidad muchos aun consideran la ciencia como lo
menciona Ortiz (2015) “exclusiva de intelectuales o superdotados, vestidos con
bata blanca, encerrados en laboratorios, inventando soluciones a los grandes
problemas que amenazan a la humanidad” (p.14). El desarrollar competencias
científicas desde la primera infancia permitirá que el individuo comience a ver
la ciencia como algo asequible a cualquier persona que desee profundizar en
cualquier área del conocimiento. Si pensamos a largo plazo podemos fácilmente
concluir que una persona que desde su niñez logro desarrollar un pensamiento
científico, será alguien que contribuirá enormemente al desarrollo de la comunidad
en donde viva.
Ortiz,
G. y Cervantes, M. (2015). La formación científica en los primeros años de
escolaridad. ISSN-e 2145-308X, ISSN 1909-7433, Vol. 9, Nº. 17. págs. 10-23. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5585223
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